El chechén y el chakáh son dos árboles muy apreciados para los madereros. El primero suele utilizarse para la elaboración de muebles de alta calidad debido a su madera de gran finura. El segundo se utiliza, debido a su firmeza y rectitud, para postes y cercas. Ambos son considerados árboles medicinales debido a sus características y propiedades. Pero, ¿conoces tú la historia detrás de estos dos maravillosos árboles?
En la selva Maya se cuenta la leyenda de dos príncipes guerreros: Los hermanos Kinich y Tizic. Kinich, el menor, era un joven gentil, bondadoso y respetado por su pueblo. Mientras que Tizic, el mayor, era una persona despiadada y de corazón frío.
Ambos conocieron a una hermosa joven llamada Nicte-Ha, cuyo corazón puro conquistó de inmediato a los dos hermanos. Al no soportar compartir el amor de la misma mujer, Tizic desafió a Kinich a un duelo en donde ambos perecerían en manos del otro.
Ya en el otro mundo, los hermanos le suplicaron el perdón a los dioses y la oportunidad de regresar al mundo de los vivos para poder ver a su amada nuevamente.
Los dioses, conmovidos, les otorgaron lo que pedían pero con una condición; Debían regresar juntos.
Así fue como Tizic renació como un Chechén, árbol urticante que cuya resina quema la piel de todo el que se acerca a él. Kinich se convirtió en Chakáh, árbol que, como antídoto, cura las heridas provocadas por el Chechén.
En la selva, siempre que haya un Chechén, habrá un Chakáh. Tal y como los Dioses mayas ordenaron.
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